La literatura como cualquier otro arte, cumple funciones que no son exclusivas
de ella, porque el lenguaje por medio del cual se expresa, tiene las mismas
características del habla cotidiana. Sin embargo pone en relieve algunas
de ellas: estética, social, cultural, musical, afectiva, simbólica, evasiva y
de compromiso.
← Función estética.
La literatura transmite la belleza a través de la palabra, haciendo
surgir en el lector el goce espiritual y la sensibilización tanto estética como
social.
Esta función se
complementa con otras de igual importancia. La literatura no se reduce a
su función estética, sino que parte de ella para una comunicación con sus
receptores. Sirve como el gancho de introducción para que el lector
continúe con la lectura y, posteriormente, vaya apropiándose de ese universo
literario encontrando el significado de las otras funciones.
← Función social. La obra
literaria es testimonio de una época, de ideales y del entorno histórico en los
cuales se desenvuelve. Es un documento social de su tiempo, esto es, de
costumbres, de política y de la psicología de un pueblo. La historia de
los pueblos no se entiende totalmente, sin haber leído las producciones
literarias de sus autores. Por ejemplo, la Revolución mexicana es mucho
más comprensible si se lee a Mariano Azuela o a Vasconcelos.
← Función cultural. La
literatura afirma y transmite los valores universales, comunes de la humanidad.
Por tanto, crea conciencia en la gente para establecer su vida en
sociedad.
A través de la
literatura así como del arte en general, el ser humano plasma sus ideales, sus
costumbres, su cultura y sus anhelos. Mediante este testimonio tan
valioso se puede hacer una reconstrucción de las civilizaciones. De ahí
la importancia de esta función.
← Función musical. La
organización de los elementos de la lengua están distribuidos de tal manera,
que su armonía produce un efecto musical agradable. Lo manifiesta a
través de las figuras literarias, de la rima y del ritmo, no sólo en la poesía
sino en la prosa. Depende también de la lengua empleada; unas tienen un
efecto musical más fuerte que otras.
Esta función
está íntimamente relacionada con la función estética; se complementan y, de
esta manera, la literatura posee fuerza y vigor. De ahí la importancia
de leer los poemas y toda producción literaria en su idioma original; ya que
las traducciones – por muy buenas que sean – nunca pueden traducir fielmente el
significado real de una palabra, la cual a veces se hace insustituible en otro
idioma. En ocasiones, con las traducciones se pierde la riqueza y el
vigor de lo que realmente es escritor quiso expresar.
← Función afectiva. El
lenguaje literario tiene más carga emotiva que el lenguaje cotidiano, pues su
principal preocupación es sensibilizar al lector con el contexto social de la
obra. De esta manera, produce sugestiones de color, luz, sonido y no
sólo percepciones sino que puedan ser sentidas y vividas. Esa evocación
afectiva varía de lector a lector, así como de escritor a escritor.
← Función simbólica. Está
íntimamente ligada con la función poética, mediante la cual nos transfiere a
otro universo imaginativo, más allá del lenguaje directo de las palabras.
Es la búsqueda de un significado connotativo, simbólico y personal.
← Función evasiva. La
literatura sirve como medio de evasión de problemas sociales o
personales; se convierte en una terapia por medio de la cual el autor expresa sus
emociones y conflictos.
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